
“Nuevamente estamos frente a una volatilidad del mercado, sobre todo del dólar, muy fuerte. Arranca la semana pesada cuando se dejó correr la información de que podría renunciar el ministro Sergio Massa, lo que trajo como consecuencia una contracción muy fuerte de la liquidación de divisas, del dólar agro 3 que era la carta que estaba jugando el gobierno como para volver a acumular dólares que tanto necesita en este momento el Banco Central para poder tener capacidad de juego y poder intervenir ante estos movimientos”, afirmó Ocampo haciendo un repaso de la última semana económica en los estudios de CIUDAD TV.
Recordó que luego de ser desmentido este rumor, culminó no obstante con la renuncia del Jefe de Asesores del Presidente. Y, aunque volvió a cierta normalidad la liquidación de divisas, no fue al ritmo esperado.
“El Gobierno estimaba tener para estos días una liquidación de aproximadamente 2.500 millones de dólares y lleva 1.390 millones de dólares. Está en un 50% o 60% de lo estimado y esto provoca una tensión porque hoy, Argentina, está en un círculo desvirtuoso. Arregla una cuestión y por otro lado se desajustan otras”, indicó.
“Al no tener el Gobierno dólares para proveer a la importación interviene a través de los dólares financieros, sin uso de reservas del Banco Central sino con la recompra de títulos públicos que pude obtener a partir de la decisión de recomprarlos en dólares, bajo ley extranjera y cambiarlos por títulos bajo ley nacional. Si bien es una solución que no implica salida de dólares para la Reserva, implica emitir un título que va a tener que pagar el Gobierno de manera desvalorizada. Y lo hace por la necesidad de calmar esa demanda que tienen aquellos que han acumulado dinero. Estos son los que de alguna manera presionan por dólares ya sea de los que obtienen a través de bonos o dólares frescos en el mercado informal”, explicó.
Otra medida, fue la suba de la tasa de interés. “Es la medida que más a mano tiene para que evitar que los pesos excedentes de la economía no vayan a dólares sino que se queden en depósito a plazo fijo. Pero levantó la tasa en 300 puntos y no fue suficiente para calmar las expectativas, dado el índice de inflación del mes de marzo que se conoció y que estuvo en 7.7%. Al levantar la tasa a 81%, la tasa mensual se situó en 6,75%, casi un punto por debajo de la inflación de marzo. Con la mala noticia de que se proyecta una inflación alta nuevamente para el índice de abril. No está siendo suficiente esa medida”, apuntó.
“El Gobierno está en una trampa de donde es muy difícil de salir”, aseguró tras el análisis y observó: “Siempre se sale, pero hay que ver si la sociedad está dispuesta a asumir el costo que significa afrontar este problema de manera persistente y decidida. Porque hay que salir con mucho orden fiscal, y hay que empezar ahora, no en el Gobierno que viene”.
La sequía, otro factor clave en este complejo escenario, implica no solo el no ingreso de divisas sino de retenciones a las exportaciones que son recursos fiscales, “cuando el Gobierno tiene compromisos asumidos de mantener el déficit fiscal de 1.9% del PBI, acumulación de reservas. Todas estas cuestiones suman dificultades en el camino”.
“La situación es compleja. Con lo del dólar, creo que va a ser el máximo esfuerzo ara que no pegue un salto abrupto porque hoy no hay capacidad de absorción de proceso devaluatorio, la economía no tiene la capacidad de responder con más ofertas de bienes y servicios. El Gobierno no quiere que los precios sigan subiendo porque el proceso inflacionario es lo que hoy más descontenta tiene a la sociedad. Se estaría frente a la pérdida de competitividad del proceso eleccionario”, analizó el economista.
Aseguró que hoy, el Banco Central, “debe ser el organismo más caliente del Estado porque tiene la difícil tarea de contener una corrida cambiaria sin herramientas, sin recursos, sin los elementos para poder intervenir”.