Suba de tasas: “La medida afecta a la economía, pero más al Gobierno por la situación de inestabilidad”

El economista, Cristian Ocampo, se refirió a la medida del BCRA que, tras conocerse los índices inflacionarios de febrero, subió tres puntos las tasas de interés del plazo fijo. Recalcó que la decisión responde al cumplimiento del acuerdo con el FMI por un lado, que exige mantener tasas de interés reales positivas. Pero que también busca “retener los depósitos en pesos que hoy están en los bancos, para que no se vayan ni a dólares ni a bienes y servicios del mercado y así evitar recalentar el proceso inflacionario”.

Luego de conocerse los números de la inflación de febrero, el jueves, el Banco Central de la República Argentina subió tres puntos la tasa de interés. CIUDAD TV dialogó con el economista y exministro de Economía, Cristian Ocampo, quien explicó los alcances de esta medida.

La tasa de interés de plazo fijo se elevó del 75% al 78% mensual implica, según señaló, “una reacción frente al índice de inflación que se conoció del mes de febrero que arrojó un 6,6% mensual. La tasa de interés que sostenía el Banco Central oscilaba en 6,2% mensual por lo cual quedó por debajo de la inflación. Y una de las exigencias del Fondo Monetario Internacional en el plan que viene llevando adelante con Argentina era que mantenga tasas de interés reales positivas. Esto, en primer lugar, afectó ese acuerdo”.

“Lo que busca el Banco Central con esta medida es retener los depósitos en pesos que hoy están en los bancos. Porque si yo tengo un plazo fijo en un Banco y me paga menos que la inflación la reacción lógica es sacarlo y buscar otro bien u otro instrumento para preservar mi valor. Y estos instrumentos son dólares, dólares financieros, blue o bienes y servicios del mercado. En ambas situaciones perjudican al Gobierno, porque si nos vamos a los dólares alternativos o financieros generan presión sobre la reserva monetaria del Banco Central que hoy son escasas y están tensionadas por los escases de los dólares producto de varias cuestiones, entre ellas, la sequía, que hoy golpea fuertemente a la reserva. El otro aspecto que lesiona es que se vaya a bienes y servicios y se recaliente el proceso inflacionario que ya viene en alza.  Hoy, con los índices de ayer, estamos proyectando una inflación de 102.5% año. Incluso el mismo BCRA, con el índice que analiza las expectativas del mercado, lo sitúa en 110%”, sostuvo.

“El Banco Central reaccionó a este dato para cumplir con el FMI, pero también para retener esos pesos en los bancos y que no se vayan ni a dólares ni a bienes y servicios del mercado para recalentar el proceso inflacionario”, repasó.

Respecto de las consecuencias de esta medida, explicó que las tasas reales positivas es lo que todo sistema bancario busca porque el ahorro de las personas genera dinero en los bancos. El dinero es igual al ahorro, el ahorro es igual a la inversión y los bancos pueden prestarlo en un contexto de una economía estable. El contexto de Argentina no es estable y hoy las tasas de interés son muy elevadas y no cumplen con la función de ser ahorro igual a inversión. Cumplen solo en un efecto de contención de los pesos en la calle, pero no provocan el efecto que la economía sanamente busca para que se traduzca ese ahorro en inversión y esa inversión en mayor consumo o actividad”.

“Hoy, la economía se encuentra asfixiada. Las personas no van a la compra de bienes durables porque el financiamiento es muy caro. Las tasas de los bancos hoy están superando en términos anuales el 150% y no hay sueldo que resista este nivel. Entonces, esta es una medida de reacción ante un proceso inflacionario, pero no es una medida que se pueda mantener por mucho tiempo. Realmente esto ahoga la economía, la asfixia y no deja posibilidad de emprender un proceso de inversión ni en las familias ni en las empresas”, aseguró.

Aseguró que “lo ideal es que la inflación esté por debajo de un dígito, esa sería una situación normal. Entonces cobra sentido pagar una tasa real positiva”. “Las tasas altas no son buenas, son nocivas para la economía; pero hoy, el Banco Central tiene un problema severo que es la escasa reserva para poder contener una salida de depósitos a bienes o a dólares. No tiene otra opción. La medida es correcta, es de manual, hay una inflación alta y hay que subir las tasas; es el instrumento de política monetaria que se dispone para que el peso no se vaya a la calle”, sostuvo.

“No es una decisión fácil de tomar porque lo que se busca es generar un sendero de disminución de inflación y de tasa para generar un ritmo de economía normal”, consideró.

Para Ocampo, “la medida afecta a la economía, pero más al Gobierno por la situación de inestabilidad que siente la gente, la insatisfacción por no poder acceder a los bienes durables. Hoy no lo pueden hacer, porque no tienen capacidad de financiamiento. Afecta el ánimo y a la economía familiar”, sostuvo y añadió: “Esto, en año electoral, afecta y principalmente a quien conduce. Va a tener consecuencias y el Gobierno lo sabe. Por eso hay una lucha permanente de buscar lograr reservas monetarias”.

“El año electoral no te permite el tiempo de diseñar un plan económico, contar qué vas a hacer con la economía y eso pueda ser tomado por la ciudadanía y por todos los actores económicos en su conjunto para tener un efecto deseado. Es un año de inestabilidad y el Gobierno apela a que no se genere una crisis mayor”, consideró Ocampo.

 

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