
Inició la fiesta de Momo y el carnaval de Corrientes tuvo el viernes su desfile inaugural, no sobre alfombra roja, más bien por un camino “negro” un tanto por la impresionante invasión de cascarudos que cubrió la calzada, pero principalmente por un accidente que pone el acento sobre la seguridad de los comparseros. Dos integrantes de la comparsa Sapucay cayeron del carro “El origen”, que causó la hospitalización; uno de ellos grave sufrió fracturas múltiples.
“Una desgracia con suerte”, así lo describió Lorena, la hermana de Fabián Meza, uno de las dos comparseros que cayó al piso desde una altura cercana a los seis metros y que le provocó fractura expuesta de codo, muñeca y tobillo, fractura de la rodilla y tibia (pierna del lado derecho y brazo del lado izquierdo). Por estas lesiones, ayer recibió intervención quirúrgica en el Hospital Escuela, en el cual permanece internado.
Todo ocurrió cerca de las 1:30 de la madrugada previo al desfile de Sapucay, cuando intentaron sacar la carroza del galpón de la comparsa, una escalera soldada a la parte superior de la estructura golpeó sobre la puerta, lo que provocó la caída de Meza y de un ayudante. Parte de la escalera cayó sobre otras dos comparseras que estaban en la cercanía, lo que les causó heridas leves.
El comparsero fue trasladado en ambulancia hasta el hospital en el momento que desfilaba Sapucay.
“Los comparseros fueron acompañados en las ambulancias por Amalia Brum (integrante de la comparsa) y el funcionario municipal Matías Bocalón. Amalia nos informó cómo estaban. Yo fui a las 5:30 más o menos cuando pudimos cerrar el galpón, hablé con la hermana de Fabián, que es el destaque que iba en ese carro”, expresó a época Guillermina Velazco, presidente de Sapucay. “Me quedé hasta que terminó la operación e informaron sobre la fractura de un pie y un codo”, agregó sobre Meza, el correntino radicado en Buenos Aires y que expresó su deseo de volver a su casa.
Esta situación encendió la preocupación de los comparseros en general, principalmente sobre los que ingresan a la calzada sobre los carros y alegorías. La falta de control sobre estos armazones ponen en duda la seguridad tanto de los que van sobre las estructuras como los que desfilan en las cercanías.
“Hay muchos carros que quedaron abandonados previos a la pandemia y volvieron a reutilizarse sin ningún tipo de control. Están más preocupados por la estética que por la seguridad”, expresaron integrantes del comisariato.
“Esto sumado a que muchos trabajaron a contra reloj y no se verificó si son estructuras sólidas”, comentaron. A esto añadieron que esta situación debe servir para tomarse en serio la cuestión de seguridad en las carrozas.
Desfile con inconvenientes
Las luces de los reflectores atrajeron a una impresionante cantidad de insectos, en su mayoría cascarudos que literalmente cubrieron toda la superficie de la calzada del corsódromo. Esto provocó, además del asombro de todos, incomodidad en los comparseros como también del público en general que cubrió un 80 por ciento de la capacidad de los palcos y tribunas, dejando una postal insólita en el inicio del carnaval.
Pero más allá de esta nota de color, los problemas notorios del sistema de sonido generaron mucho malestar en la mayoría de los dirigentes de comparsas y agrupaciones musicales, que en algunos casos hubo fuertes cruces con los operarios del sonido e incluso fueron “a las manos”.
Uno de los hechos ocurrió detrás del palco de jurados donde se encuentran los operadores, y tras discusiones el propio presidente de Samba Total, Gaspar Acosta, intercambió insultos y golpes por la situación que afectó a la agrupación “multicampeona”.
También hubo malestar del público que en reiteradas oportunidades solicitaron que disminuyeran el volumen del sonido que en varios momentos se tornó hasta insoportable en zona de palcos. Interrupciones y cortes en los micrófonos fueron las quejas más recurrentes de los delegados de distintas instituciones.
Desde la central de operaciones informaron a este medio que los inconvenientes provienen de los carros de sonido operados por firmas ajenas a la empresa organizadora.
Ará Berá
Poniendo de lado los problemas suscitados, la competencia mostró un colorido desfile aunque con notorias desconcentraciones y partes incompletas, una liturgia ya habitual en las primeras jornadas de carnaval. Por el lado de las comparsas, si bien es muy temprano para hacer balances, Ará Berá fue la encargada de abrir fuego en la vuelta a los “puntos” y demostró que tiene potencial para recuperar el trono.
La comparsa “roja y blanca” hace seis años no logra el campeonato, alegría que obtuvo por última vez en 2017. A fuerza de pasión y aferrada identidad araberacera, la multicampeona desplegó su potencial con “Rayo de samba”, la historia de este ritmo carioca hilvanada por distintas temáticas muy bien contadas.
Claramente, uno de los momentos más esperados fue la llegada de su gran bastonera Lourdes Sánchez, vestida de dorado y plumas blancas, que trajo su mejor sonrisa para evidenciar la alegría desbordante por el momento que vivió. “Estoy feliz”, resumió la reconocida bailarina, que personifica a “Eyengui, diosa del Sueño”.
Esta sensación se extendió a lo largo del desfile, algo que no sucedía en la noche inaugural de Ará Berá al menos en las últimas ediciones. Quizás tenga que ver con el tema y es que la cultura carioca a esta comparsa le sienta muy bien.
La temática inicia con el arribo de los africanos esclavizados a este continente, quienes trajeron los ritmos típicos, entre candombes y batuques que se enraizaron en Brasil. La propuesta va en aumento y con una claro y maravilloso desarrollo del tema, surca los siglos desde el XVIII poniendo luz sobre las sonoridades que fue adoptando los ritmos cariocas desde el pagode y la bossa hasta la batucada carnestolenda.
Una destacada propuesta de diseños muestra una evolución notoria de la comparsa respecto a las ediciones anteriores y un distinguido despliegue de 5 carros y 2 alegorías que le dan una postal definida de la temática que representa.
Las expectativas estaban puestas (por la temática) en la presentación frente al jurado de la Universidad del Sonido (escuela de samba) que representan a los “Compositores”. Sin embargo, no hubo creatividad en su propuesta, sólo cumplieron con un aceitado repertorio de percusión, muy bien ejecutado. Su bastonera, Nahir Lubary, que representa los “colores del carnaval”, cumplió con una coreografía reducida, que acompañó a la batería.
Con esta propuesta, Ará Berá busca retomar el trono en el reino de Momo.
Copacabana
La segunda en turno entre las comparsas fue Copacabana, que cerca de las 1 de la madrugada representó “Séptimo destino”, temática de ficción que relata la historia de amor entre hechizos y mundos desconocidos. La princesa Alika, sería la esposa de Dotia, ella era una hermosa mujer africana y él un gran hombre, ambos dignos de tenerse el uno al otro.
La buena noticia para la “Esplendorosa” es que mejoró sustancialmente su propuesta respecto a años anteriores, muy buena descripción del tema, una admirable puesta de vestuario y nuevamente propone una flota de carros que hacen de su desfile un verdadero disfrute artístico.
Aplicando la ley de “menos es más”, propone una coreografía resumida pero muy bien lograda. Mucho ayudó la excelente selección musical que tiene la comparsa, muy animada que despierta el interés del público y logra ese ida y vuelta, fundamental para el desfile, con los comparseros.
Con mucho esfuerzo, los comparseros de grandes espaldares lucharon contra el fuerte viento que había en el corsódromo, como por ejemplo Gabriel Romero que representa a Shangó, dios del Trueno, uno de los mejores trajes de “Copa”.
Otra muy buena puesta tienen los copacabaneritos, una ostra lleva el encanto de una perla, rodeada por el universo de pequeños que representan al coral, en esta historia que se tiene su eje en Centroamérica.
Nuevamente, despertó interés la presentación de la escuela de samba, que representa el gran desfile Panameño y esa relación fluida con su bastonera “La Reina Panameña”, Agustina Zabala. Ambos mostraron un show intenso, de variados ritmos y destacados cortes que le dieron lucidez a su show. Punto en contra, se escucha los instrumentos de la banda mientras ejecutan la percusión, una tontería del nuevo reglamento compuesto por los “cerebritos” del carnaval.
Sapucay
“Cosa de locos”, es la fiesta que propone Sapucay y bajo los encantos de “Lunática obsesión”, una historia que pone a este cuerpo celeste, el más cercano a la tierra como eje de esta historia en nueve propuestas temáticas.
El recorrido inicia en la prehistoria, en la figura de “Yasi” (Luna en guaraní) representada por su gran bastonera, Irene Demonte. Sin su carro “El origen” (por el accidente), la propuesta inicial de la comparsa mostró a tres grupos de baile, cercanos uno del otro, un recurso que quizás hubiera estado mejor utilizado a lo largo del desfile.
La comparsa desfila con un récord histórico en integrantes, más de 820 comparseros sobre 640 que tiene Ará Verá, siendo la primera vez que el “Gallo” supera en cantidad. Eso le da una dificultad mayor a Sapucay, el control sobre el tiempo y el desfile y un espectáculo muy largo que por momento hace perder la atención del público y también de los jurados.
Destacado papel de “Los Adoradores”, integrado por “Adoradores” Alfredo Fabrello, Victoria March y Etelvina Bravo con un acting maravilloso que le da vida a la temática.
El espectáculo de Sapucay está muy bien logrado, todo gira en torno a la locura de esos efectos mágicos que inspira la luna y que hace a más de uno “perder el tornillo” por el carnaval, una historia llevadera y creativa.
Es tanto lo que pone Sapucay sobre la “mesa” que se torna difícil de cumplir con todo y todos, pero en la general (aunque todavía no es tiempo de sacar conclusiones), mostró un desfile intenso, rápido y dinámico, teniendo en cuenta el volumen de los integrantes.
“Las gallinas sambistas” le dan a este “Gallo loco” esa chispa artística en el momento más esperado y anticipando un final alocado, Gabriela Ceballos dejó plumas en su camino acompañada de sus plumíferos bailarines en un cercado al que todos quieren estar.
El “Ejército de Momo” llegó con buena artillería, la escuela de samba dirigida por Marcelo Gómez regaló un show sorprendente, y claro que su bastonera Micaela Lagaña recogió esos frutos para alimentar su coreografía y soltar una propuesta de samba destacada.
Arandú Beleza
Otro de los momentos expectantes fue el paso de Arandú Beleza por el corsódromo. Luego de un año de ausencia y con autoridades nuevas, el regreso de la comparsa obligó a muchos a quedarse hasta el final y pasada las 4 de la madrugada hizo escuchar sus “latidos de libertad”.
Al igual que Ará Berá y Copacabana, la cultura negra fue su fuente de inspiración aunque con mayor presencia, ya que la temática es la cultura africana. La evidente baja de comparseros (a causa de su ausencia el año pasado) le generó importantes bajas al punto que hoy apenas supera los 300 integrantes (contra 840 de Sapucay), lo cual hacen que su desfile genere esa sensación de deslucidos.
Sin embargo, la propuesta es muy interesante y la temática desarrollada con creatividad. Muestra de ello es vestuarios acertados y una escuadra de carros destacados que se encadena con la temática propuesta. Un ejemplo de ello es el carro de apertura y la sorprendente embarcación del reino Imperial con comparseros de la época sobre la cubierta y por debajo a la vista de todos, un grupo de actores representando a los esclavos.
Párrafo aparte la presentación de Virginia Acosta. Nuevamente el “axé” de Arandú Beleza pegó fuerte sobre el corsódromo y a pesar de que hubo poca gente a esa hora de la madrugada “Los chamanes del sonido”, la escuela de samba. propuso una destacada presentación de percusión bajo el embrujo de Gustavo “huesito” Costadoni muy bien personificado.
Anoche, al cierre de esta edición, iniciaba la segunda jornada de desfile. En tanto que mañana comienza el primer Show de Comparsas en el anfiteatro.