El diputado Obeid retomó la actividad legislativa: “Lo mío fue un episodio de una melancolía y una depresión muy profunda”

En el inicio de la sesión ordinaria de este miércoles, el diputado del PRO, Luis Obeid, agradeció a sus pares por el constante acompañamiento que recibió durante el periodo que se mantuvo de licencia por cuestiones inherentes a su salud. "El 10 se conmemoró el Día Mundial de la Salud Mental y quien más que yo en este momento para hablar de eso", sostuvo previo a hacer referencia en el Recinto a su padecimiento.

El diputado Luis Obeid, se reincorporó a su banca.

“La salud mental es un padecimiento, aún en el Siglo XXI, estigmatizante. Y a mí me pasó. Por una cuestión muy personal me fui derrumbando en todo lo que tiene que ver con el aparato psíquico, no respondió. Por suerte un equipo lo advirtió y tomó una decisión que creo que es la que me vuelve a que hoy pueda estar acá feliz, pueda estar mirándola y pueda contarlo”, aseguró el diputado Luis Obeid, quien minutos antes fue convocado por Elida Cuesta, titular del Cuerpo, para izar el pabellón a modo de recibimiento.

Comentó que estuvo 23 días internado. “Tengo una clínica de salud mental y en broma yo decía que era una cosa de locos; pero hay que estar del otro lado del mostrador, hay que ser paciente y convivir con mucha gente con distintos problemas. Lejos, la adicción. No soy ni fui adicto a nada. Lo mío fue un episodio de una melancolía y una depresión muy profunda”, contó.

Continuó su relato: “Yo pedía que me den algo, que me ayudaran, y no hay ayuda si uno no pone de uno lo que tiene que poner. No hay medicamento, hay deseo; no hay razones, hay propósitos. Me preguntaba todos los días por qué me pasó esto. Todos tenemos cosas buenas y malas, pero en mi haber y creí que había más buenas y, sin embargo, me pasó. Y lo que descubrí gracias a una médica de un metro sesenta, recién recibida de una universidad de Buenos Aires, adicta a la cocaína, fue un libro que se llama ‘El hombre en busca del sentido’, de Peter Franklin, un hombre que nació en 1905 y murió en 1997, que pasó todo el Holocausto. Le mataron la mujer, los padres y, sin embargo, logró salir de su infierno a través de de la logoterapia que, así como a mí me ayudó a otro va a ayudar”.

“La logoterapia es una forma de encarar distintos psicoanálisis, este hombre se enfrenta a Freud. Este hombre cambia la figura del por qué, por el para qué. Y cuando uno empieza a encontrar el para qué arranca por ‘para qué abrí los ojos hoy’, empieza por lo más sencillo. Porque le puedo asegurar que yo no tenía ganas de abrir los ojos. Y si no me quiebro es porque me siento fuerte, me siento bien. Pero le puedo asegurar que es un pozo del que no se sale con voluntarismo”, afirmó.

“La salud mental parece que está escindida de la salud pública. La pandemia ha hecho estragos con nosotros y no nos damos cuenta. La tapamos con Messi, otros la tapan con alcohol, otros con más trabajo, otros comprándose cosas. Pero la pandemia fue nuestro Auschwitz de alguna manera, durante un año. Así que yo me levantaba, había varios compañeros, me hacía acordar a la colimba.

“Hay turco para rato, menos agresivo y, por qué no, más sabio en estas cosas. Presidenta, si alguien le pide ayuda con algún tema relacionado a salud mental, no hay que darle vueltas, hay que ayudarlo en las preguntas. Yo le agradezco a usted y, en nombre suyo, a todos mis compañeros y a mi provincia porque me sentí absolutamente contenido. Gracias, presidenta”, concluyó el legislador ya acompañado por el aplauso de sus pares.

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