Una bizarra situación se produjo este viernes en la intersección de las calles Mitre y Alvear. En medio de una nueva protesta de movimientos sociales, que incluyó el bloqueo del tránsito, el subsecretario de Prevención, Gustavo Olivello, intentó ponerse una vez más al frente del operativo para reprimir la manifestación.
Sin embargo, sus planes se vieron frustrado por la aparición en el lugar del mismísimo jefe de la Policía, Ariel Acuña, quien le dijo a Olivello no sólo que la protesta iba a continuar sin la intervención policial, sino que además le ordenó que se retire del lugar, bajo amenaza de ser detenido. Incluso uno de los uniformados presentes lo tomó de la cintura para desplazarlo de la zona de la protesta.
Medios locales que cubrieron el insólito episodio dialogaron tanto con Olivello como con el jefe de Policía. “Este corte de calle está ocurriendo porque el jefe de Policía lo está permitiendo. Le digo al gobernador: o se va el jefe de Policía o me voy yo”, se quejó Olivello, a viva voz.
“En este momento, el jefe de Policía está habilitando un delito”, puntualizó el funcionario al recordar que rige una medida cautelar dictada por la Jueza de Garantías, María de las Mercedes Pereyra, que prohíbe manifestaciones sociales en el centro de la ciudad para evitar la propagación del coronavirus.
Por su parte, Acuña explicó que su presencia en el lugar se dio por órdenes expresas del gobernador, Jorge Capitanich. Según el jefe de Policía, Olivello fue informado el jueves que no debía estar presente este viernes en esta manifestación debido a que su presencia “incitaba a la violencia”.
“Él sabía que no debía estar presente aquí por expresas indicaciones del gobernador. Le dije que se vaya porque incita a la violencia. Y lo que él diga o haga es problema de él. Yo estoy cumpliendo una orden del gobernador que es quien manda en la provincia”, afirmó Acuña.
Cabe recordar que la manifestación de este viernes es en respuesta a la represión que sufrieron integrantes de movimientos sociales el jueves en el microcentro de la ciudad, la cual terminó con nueve mujeres detenidas. Ese operativo fue comandado por Olivello sobre quien pesa, incluso desde antes de que asuma el cargo, decenas de pedidos de renuncia y repudios por parte de amplios sectores de derechos humanos, políticos y sociales, quienes cuestionan su violenta metodología para abordar las protestas sociales.
