Nicolás Bonder, viajero saenzpeñense mantuvo este viernes una comunicación con Radio Provincia desde la capital de Filipinas, Manilas. “Llegamos esta mañana desde Beijing”, comentó el joven quien recorrió la capital de la República Popular de China durante cuatro días, en plena cuarentena.
Hace dos días la Organización Mundial de la Salud declaró la emergencia internacional por la propagación del coronavirus. En China, país donde se dio el brote viral, las fronteras se encuentran cerradas y ascendían a 213 los muertos hasta este jueves; llegaban a cerca de 9000 las personas infectadas.
Bonder describe en su página en facebook las vivencias del itinerario que lleva adelante junto a su pareja turística, un sitio al que se accede a través de Alto Viaje Blog – Nico Bonder. “Nosotros llegamos una noche a las 2 de la mañana, tarde noche, fuimos en bus hasta que nos acercara hasta el hotel donde parábamos nosotros y ahí ya nos dimos cuenta que era extraño, estaba la ciudad vacía. Sabemos que siempre Beijing está repleto de gente y en las calles no se veía nada. Había muy poquita gente transitando y lo peor fue que antes de llegar el hotel ya nos había avisado que cerraba y sólo teníamos para quedarnos una noche de alojamiento y en la segunda noche teníamos que buscarnos otro lugar”.
“Apenas nos despertamos, el segundo día, tuvimos que cambiarnos de hotel. Conseguimos uno que estaba abierto, pero muchos ya habían cerrado. Desde este otro hotel recorrimos varios atractivos importantes de Beijing y no había casi nadie, en las estaciones de subtes también, bastante particular, un clima muy raro. Hay muchísimo smog, entonces hay todo el tiempo niebla, no hay gente y se convierte en una ciudad fantasma”.
Aclaró que no no tuvieron ningún impedimento o problema para ingresar a la ciudad. “Sí se estaba empezando a complicar para salir, después que nosotros llegamos nos enteramos que ya no salían buses desde la ciudad hacia otras provincias y algunas aerolíneas ya no estaban dejando entrar gente que vinieran desde China. Tomamos la decisión de irnos porque cada vez estaba más difícil irse y no nos queríamos quedar encerrados, varados en Beijing. La mayoría de los atractivos que queríamos conocer en todo China ya estaban cerrados, ni siquiera se podía ir a la Muralla”.
Desde Beijing se trasladaron a Manila, Filipinas. “Nos hicieron completar solamente un formulario, como una declaración jurada de que no teníamos ningún síntoma. Nos tomaron la temperatura con unas cámaras infrarrojas que detectan la temperatura corporal. Nos sorprendió un poco, fue un poco triste porque la verdad que fue todo lo que hicieron”. “Nos quedamos con ganas de conocer varias cosas”, compartió el joven.