Caso Víctor Alegre: “A mi hijo le tiraron a matar”, sostuvo el padre del chofer asesinado por prefectos

En medio del juicio que se sustancia contra dos prefectos por el asesinato del chofer Víctor Alegre, su papá mostró el dolor por el que tiene que atravesar. Dijo que descree de la versión oficial que habla de un “supuesto accidente” y remarcó que a su hijo “le tiraron a matar”.

El padre del chofer Víctor Alegre descree de la versión oficial que habla de un “supuesto accidente” y remarcó que a su hijo “le tiraron a matar”.

Durante 43 años Víctor Alegre (79) trabajó como ordenanza en la Cámara Federal de Resistencia, Chaco. Y ese mismo camino siguió uno de sus hijos mayores, Víctor Amalio Alegre (50). Ambos se convirtieron en personas queridas y respetadas por los jueces. Por eso el crimen de Víctor (h) a manos de dos prefectos sobre la ruta 63, el 22 de agosto de 2016, causó dolor e indignación en todos los que los conocían en los tribunales.

“Ahora voy al juicio por el crimen de mi hijo y me cruzo con toda gente que conozco desde hace años. Es extraño, es triste. A mi hijo le tiraron a matar. Dicen que fue un error. Pero duele que los jefes hayan tratado de encubrir a los culpables y que le hayan intentado poner droga a Víctor para tapar todo”, le dijo el padre de la víctima, en una entrevista telefónica.

El hombre pide disculpas porque ya no escucha muy bien y hay que repetirle algunas de las preguntas. Padre de 5 hijos, abuelo de 20 nietos -que ya le dieron 8 bisnietos-, Víctor se quebró en llanto el martes pasado cuando fue a escuchar al juicio el relato de su nieta Araceli (26), quien estaba con su padre cuando lo mataron.

“Ella lloraba contándolo, y yo escuchándolo. Es inconcebible lo que pasó. Queremos hablar para que se sepa lo que hicieron y para que lo que nos tocó sufrir ayude a que no ocurran otros casos como el nuestro y como el de los chicos de Monte”, explicó el patriarca de los Alegre que asumió el rol de vocero familiar.

Por el crimen de Víctor Amalio Alegre están siendo juzgados los prefectos Walter Pérez y Claudio Sánchez. Su defensa intentó, en las primeras audiencias de debate, imponer la idea de que los uniformados no dispararon con la intención de herir a nadie, que solo lo hicieron porque Alegre no se detuvo.

Pero esa no fue su estrategia más audaz: antes del juicio, los abogados intentaron que sus clientes fueran sobreseídos apelando al nuevo protocolo de uso de armas para fuerzas federales elaborado por el Ministerio de Justicia de la Nación. Ante este planteo, el fiscal federal Federico Carniel se opuso y los jueces Lucrecia Badaró, Juan Manuel Iglesias y Víctor Alonso difirieron su decisión hasta el momento del veredicto.

FuenteClarín
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