
“El nivel de inflación junto a la posibilidad de importar y exportar combustibles puso a las compañías en línea de un acuerdo indirecto con el Estado”, aseguró el investigador y asesor en políticas energéticas y relaciones exteriores, Gustavo Laohud, por lo que predijo que no se prevén nuevos aumentos.
Afirmó junto a esto que, durante todo el 2018, hubo un comportamiento recesivo de la demanda que influyó como “limitante natural” en la decisión de mantener una estabilidad de precios para este último trimestre, moderando las ansias de aumentos de las compañías y generando una cierta calma para el futuro inmediato.
Laohud aseveró que en Argentina, a partir de la gestión del ex ministro Juan José Aranguren, “prácticamente no tenemos variables propias sobre las que controlar el juego de la energía y de esta forma, los comercializadores pymes del sector, se transforman en una especie de hoja al viento de lo que decida el poder petrolero”.
Es por ello, que en la visión del titular del Instituto de Pensamiento y Políticas Públicas, la extrema concentración termina dejando a la deriva a las expendedoras minoristas menos importantes y a las “blancas”, como sector más débil de la cadena de comercialización.
Por otra parte, se mostró “sorprendido” con la escasa reacción en contra de los aumentos de las naftas y el gasoil, no solamente por parte de la ciudadanía común, como lo es respecto de las tarifas, sino además, de las instituciones representantes de la producción agrícola – ganadera, que fueron las más perjudicadas por el alza del diesel.
Factor venezolano en surtidores argentinos
En su carácter de especialista en temas internacionales, dejó abierta la puerta a que de acuerdo a cómo evolucionen los acontecimientos en la crisis de Venezuela y el factor geopolítico de Estados Unidos, los CEOS de las productoras y el Gobierno nacional deban retomar la mesa de diálogo para acordar nuevos números que se verán reflejados en las Estaciones de Servicio.
“Si la estrategia norteamericana sobre Venezuela llega a buen puerto, puede sacar a este país del grupo de actores hidrocarburíferos”, expresó. Pero advirtió que “haciendo historia con las experiencias en Libia o Irak, donde los norteamericanos no pudieron controlar rápidamente la situación, el caos redunde en un alza del crudo internacional”, con serias consecuencias para el bolsillo de los argentinos.