
Según informó el director del Centro Cultural Ercilio Castillo, “a pesar de ser una tarea de albañil que no llevaría más de dos días, es un buen pretexto para no seguir con el ciclo de cine durante todo este mes, y reorganizarlo para febrero, cuando las lluvias sean menos; la oscuridad de la noche también menor, y los miedos y “amenazas” que algunos usuarios invocan como excusa para no asistir a las funciones, sean conjuradas por las ganas de compartir de nuevo obras de arte de todas las épocas, de las más variadas y provocadoras y de los mejores cineastas actuales y del pasado”.
Continúa diciendo Jorge Castillo que “mientras tanto, trataremos de rever la estrategia de convocatoria; las actividades por ofrecer, y utilizaremos el tiempo en dedicarnos a producir algunos “arte/factos” que tenemos iniciados y que hasta ahora no hemos podido concretar, poniéndolos en funcionamiento. Después vendrá la exposición de los mismos, y quizá un reencuentro con amigos que hace mucho no aparecen; otros que nunca vinieron y otros que no son siquiera amigos, porque al no venir, no han podido conocer lo “malo” o lo “bueno” que ofrecemos y por lo tanto no saben de qué se trata y no han podido optar (condición minimun minimorum para tener. una buena amistad)”.
“Los talleres organizados adolecieron de poca asistencia; y los grupos de teatro que accedieron a las instalaciones del Centro Cultural el año pasado fueron solamente dos. Las relaciones –como ocurre siempre hasta ahora- terminaron abruptamente. Hay algo que falla, sin dudas, pero como se van sin avisar, por lo general, es difícil saber las causas. Algunos comedidos dicen que es porque no se les cobra nada. Estaríamos, si fuera este el caso, en el país del absurdo. Otros opinan que “así son los jóvenes”, con lo que no estoy de acuerdo, pero por ahí me convencen”.
“De nuestra parte, pecamos quizá (pero es nuestro sello, y nos honra) de decir todo lo que pensamos. Y nos consta que casi siempre los grupos no cumplen con las leyes de convivencia mínimas pautadas previamente y eso lo hacemos notar. El que se molesta, se va, pero también podría intentar cambiar en estos aspectos negativos”.
“En lo que hace a los ciclos de cine, las actividades se han desarrollado perfectamente, aunque ha habido funciones que debimos suspender por falta de público; y otras veces por compromisos que hicimos con instituciones del medio (por ejemplo festivales de cine organizados por el área de medios audiovisuales de la provincia o por el “Guido Miranda”, adonde nunca faltamos, por la SADE o Colegio de Psicólogos) o por lluvias torrenciales”. “Duele en estos casos, que nunca haya habido una actitud recíproca. Ni este año ni los anteriores, quienes utilizaron el centro cultural para realizar actividades o reuniones (recientemente dos importantes, de conformación de sendas asociaciones) han participado de las otras actividades que organizamos. El ninguneo es evidente: ¿es falla del Centro Cultural o “el diablo mete la cola”?”.
“Del cine, podemos decir que con más o menos presencia de público, hemos proyectado efectivamente y casi todos los jueves y viernes del año 2018, 64 filmes, de un total programado de 87 títulos). A este 74% de películas de altísima calidad que se proyectaron, en algunas funciones se agregaron cortometrajes relacionados. En todo el año 2018, el Departamento de Investigación y Restauración Audiovisual (DeIRMA) del Centro Cultural Ercilio Castillo, tuvo acceso a más de 300 nuevos títulos desconocidos –muchos en idiomas difíciles de lograr traducción- logrando agregar subtítulos perfectamente sincronizados a más de 120 filmes, y últimamente, con la incorporación de una nueva editora de video, hasta ha podido reacondicionar películas falladas y mejorar las traducciones”.
“Incluso se han agregado subtítulos a algunas películas argentinas con archivos realizados para hipoacúsicos, bajados de Internet, lo que mejora el producto final y facilita la comprensión de los diálogos, que presentan muchas veces audios deficientes. También se ha colaborado en la revisión y/o restauración de material filmado en 16mm. o en Super-8. Algunos fueron digitalizados con lo que se rescató parte del patrimonio cultural del Chaco en materia de audiovisuales. Se contó para estas tareas con equipos propios y otros donados por los realizadores Jorge Ott y Juan Carlos Vidarte; Raquel Boronat, Elsa Ferrer, Elsa Simons, Niní Breard, Flia. Grabow, Tuchi Donnet de Tortarolo, Mario Ramírez, y tantos otros”.
“Estas tareas, más las de ser memoria viva de la comunidad y sus manifestaciones, y vehículo de acercamiento de las expresiones culturales de y hacia la sociedad, dan sentido y fundamento al Centro Cultural Ercilio Castillo, por cuanto permiten descubrir, recuperar, archivar y exhibir material audiovisual del patrimonio cultural mundial, objetivos institucionales marcados desde el principio de la gestión que llevamos adelante, junto con el de constituirnos en referente de esta temática en la región y promotores de las actividades artísticas y científicas a las que también se agregó lo deportivo en contacto con la naturaleza, que no se ha podido lograr aún en el anexo deportivo que posee la institución en Puerto “Sañeia” compartido con la Comisión de Recuperación del río Negro de la Fundación Ambiente Total (FunAT) (en barrio Miiranda Gallino de Resistencia) por el estado nunca satisfactorio del río Negro para estas actividades recreativas que se merece la comunidad”.
Concluye Jorge Castillo diciendo que “Los objetivos tienen un futuro asegurado (por lo que está produciendo y rescatando) pero necesita también de un presente compartido con los demás. Solamente el usuario puede plasmar esto, apoyando las iniciativas y proponiendo las que considera que faltan. Estimular no es decir “piropos” por lo que se hace, sino acompañar y participar”.