
De acuerdo con un relevamiento de BAE Negocios, hay segmentos fabriles gravemente afectados como el automotriz, textil, electrodomésticos, juguetes, muebles y el sector vitivinícola, que por varios meses tienen stocks asegurados con lo cual la producción bajará sensiblemente o se detendrá.
En el caso de los vehículos, según fuentes de las concesionarias, al día de hoy existen alrededor de 240.000 unidades en la oferta que representan “entre 4 y 5 meses de ventas”. Los cálculos previos indican que los salones de venta podrían achicar sus estructuras en un 40 por ciento en el 2019.
En cuanto a los electrodomésticos, fuentes empresariales indicaron este lunes que “existen artículos en depósitos como para ocho meses de demanda”, en tanto que la industria de los juguetes tiene una cantidad que cubre nada menos que hasta el Día del Niño, que es en el mes de agosto.
Las ventas de electrodomésticos se derrumbaron un 35% en el 2018; la producción, alrededor del 40% y las fábricas no reciben nuevos pedidos porque los vendedores esperan primero liquidar sus stocks, afirmaron las fuentes.
En el sector de juguetes, las fábricas trabajan al 55 o 60% de su capacidad y el titular de la Cámara sectorial, Matías Furió, informó que las ventas cayeron un 40% en los meses anteriores: “Hoy lo que se importa es lo peor de China, porque tienen que ser juguetes por debajo de los 500 pesos”.
Por parte del sector textil, los stocks se mantienen y hay riesgo de que el consumo caiga más que las importaciones porque habría un desplazamiento de producción nacional.
Muebles y vinos
Asimismo, fuentes de la Federación Argentina de la Industria Maderera sostuvieron a este medio que “no hay consumo. No hay ventas en las carpinterías porque la gente no compra muebles”.
Esto hizo que el stock se acumule y que se suspendan o posterguen los pedidos a los proveedores de la materia prima, como es el caso de los madereros de Misiones, Corrientes o Entre Ríos. “Debe haber una caída de más del 50% de las ventas en general”, señalaron. La zona es reconocida por los propios industriales madereros como el “símbolo” del mayor polo productivo del país, y es el “termómetro” del movimiento de la actividad.
En el terreno de la agroindustria y las economías regionales, el panorama es el mismo. “Se acelera la caída del consumo de vinos con un proceso de sobrestock preocupante”, indicó un empresario nucleado en la Copal.