
La apuesta del Gobierno de Mauricio Macri fue que la inflación de noviembre iba a ser más baja: lo fue frente a los picos de septiembre y octubre, cuando llegó a 6,5% y 5,4% respectivamente, pero no bajó tanto como se esperaba. Marcó 3,2%.
Ahora, con diciembre cerrado, los cálculos privados pronostican que el último mes estará entre 2,5% y 3%, menor a noviembre pero aún en un nivel elevado.
“Creíamos que iba a dar más cerca de 2% que de 3%. Pero en las últimas dos semanas vimos una aceleración producto de una leve recomposición en el poder de compra y algún efecto estacional por las compras de fin de año”, sostuvo Juan Ignacio Paolicchi, de EcoGo.
En la consultora en la que trabaja, el ex estudio Bein, el relevamiento de precios arrojó una suba de 2,5%, lo que llevó el acumulado del 2018 a 47,6%.
“La estrategia monetaria contribuyó a esta estabilización vía una moderación en la dinámica del dólar, que osciló entre $ 36,5 y $ 38,5. Y si bien otros costos siguieron de largo (fundamentalmente financieros, laborales y tarifarios), el desplome en la demanda acota el traslado a precios de estos costos”, señalaron.
En diciembre el turismo, las prepagas (que volverán a aumentar en febrero) y el incremento de algunos regulados traccionaron las subas. Así, los rubros que más subieron fueron esparcimiento y salud. La buena noticia es que en alimentos y bebidas los aumentos se desaceleraron. Así, “el arrastre estadístico que evalúan se dará para enero se ubica en torno a 0,7% en el caso de alimentos y bebidas, y empiezan a impactar los aumentos anunciados en la última semana del mes”, explicaron en EcoGo.