Gendarme chaqueño fue detenido en Salta con 37 kilos de cocaína

En un operativo sorpresa ordenado por la Justicia Federal por escuchas telefónicas que hablaban del movimiento de un cargamento de drogas hacia el sur de la provincia, un gendarme con destino en el Escuadrón 20 de Orán fue detenido en flagrancia sobre la ruta 50, cuando se dirigía en su automóvil y junto a su esposa e hijo menor de edad, hacia la provincia del Chaco, de donde es oriundo.

Foto: El Tribuno

El efectivo fue identificado por la Policía Federal como Mario Amílcar Valenzuela, de 32 años, y la mujer que lo acompañaba fue identificada como Samantha Y. R., de 30 años. Junto a ellos viajaba un menor de edad.

La caída del gendarme se produjo en cercanías de la localidad de Hipólito Yrigoyen, en el departamento Orán. Ante los efectivos de la División Antidrogas de la Policía Federal, Delegación Orán, el hombre se identificó como gendarme.

Los policías federales realizaban un control sobre la ruta nacional 50, y según trascendió, tenían información de un posible automóvil que transportaba un cargamento de cocaína, consigna el diario El Tribuno.

Cuando detuvieron el vehículo en el cual se trasladaba un gendarme, notaron que el agente se mostró muy nervioso y sorprendido por el control de la Policía Federal, que no acostumbra a ubicarse en ese lugar. Por ello, los efectivos profundizaron el control, encontrando así entre las pertenencias del mismo un total de 37 ladrillos de cocaína. La droga estaba acondicionada en las mochilas de su hijo y entre las pertenencias de los mayores.

Inmediatamente el gendarme fue reducido. En tanto, su esposa y su hijo fueron trasladados hacia la sede de la policía donde fueron contenidos y asistidos, ya que hasta el momento se presume su inocencia.

Los ladrillos o paquetes de cocaína luego de los exámenes de rigor dieron un total de 37 kilos con 245 gramos de clorhidrato de cocaína de mediana pureza.
Tomaron intervención el Juzgado y la Fiscalía Federal.

La investigación de la banda

Fuentes de la investigación deslizaron que la caída del narcogendarme no fue fortuita sino fruto de una investigación ordenada por el fiscal federal ante las sospechas que caían sobre su persona y su vinculación con una banda narcocriminal que opera en la frontera norte.
Esta banda, cuyas principales piezas y resortes están identificados, se dedica a la importación de cocaína, su acopio y posterior transporte y distribución, y para ello preparan al pasador y a los punteros de los mismos, gente conocedora de los movimientos en las rutas que van limpiando el paso del cargamento.

Una fuente de la Fuerza Federal deslizó momentos después del exitoso operativo que una vez más quedó comprobado el poder de seducción que tienen las bandas de narcotraficantes para conseguir “choferes” para los cargamentos terrestres, ya que desde un tiempo a la fecha muchos de los principales secuestros en las rutas se hicieron sobre vehículos familiares que estaban justamente ocupados por el traficante, su esposa o pareja e hijos menores.

Este sistema hace que a veces los controles sobre estas familias no sean tan rigurosos, pero que a la vez aguzó el trabajo de los semblanteros, aquellos efectivos que detectan cambios emocionales en los conductores cuando están siendo controlados en la ruta.

FuenteEl Tribuno
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