
El dueño de casa se fue de su propia fiesta. Del agasajo que él mismo armó y en el que seguramente muchos nunca pensaron que llegaría a tan altas horas de la madrugada. Se habían ido muchos invitados ya y le tocó irse al organizador, nada menos.
Sin sobrarle tela, con lo justo y también con algunos pasajes de zozobra, Croacia tuvo un mayor temple en los penales (por esa vía también había superado a Dinamarca en octavos), le mostró la puerta de salida al anfitrión y por segunda vez en su historia se metió en la semifinal de un Mundial, luego de hacerlo en Francia 98, donde terminó tercera.
El partido terminó en el primer tiempo empatado en 1 gol, situación que se mantuvo durante el segundo tiempo y el tiempo de alargue. A los 120 minutos, y sin sacarse diferencias, ambos equipos debieron decidir su destino desde los 12 pasos. Allí los croatas se pusieron en ventaja gracias a la atajada de Daniel Subasic, y al tiro fallido del ruso Mario Fernandes.