La herencia de Cambiemos: ¿Asoma otra crisis de la deuda?

La megadevaluación desatada desde abril derrumbó el PBI en dólares y lleva la relación de los compromisos del país con esa variable a un nivel crítico. La misma piedra, otra vez.

Marcelo Falak, periodista económico.

Por Marcelo Farak *

La única herencia positiva que el gobierno de Mauricio Macri le reconoció al de Cristina Kirchner fue el desendeudamiento del país, aunque moderó siempre el elogio al aclarar que el mismo fue, antes que una política virtuosa, producto de la decisión del mundo
financiero de cerrarle la puerta en la cara a su gestión.

Chicanas aparte, esa ventaja fue la base sobre la que se erigió el primer programa económico de la actual administración: copioso endeudamiento en los mercados internacionales internacionales para hacer frente a déficits gemelos, el fiscal y el de las cuentas externas.

Pero eso ya no corre más: tras dos años y medio de gestión de Cambiemos el país tropieza de nuevo con la “deuda externa” como una limitación grave a sus posibilidades de desarrollo.

Aquellos eran, claro, los tiempos del gradualismo, un proyecto que buscaba financiar con deuda una convergencia gradual de la cuentas públicas y de la cuenta corriente (el saldo total de los dólares que entran y salen del país). El supuesto era que debían persistir la era de las tasas de interés bajas en el exterior y la abundancia de capitales dispuestos a financiar el proyecto de ocho años de macrismo.

El resto es historia reciente. La tasa de interés en Estados Unidos creció hasta cerca del 3% (un nivel que es de locura, en verdad), los capitales emprendieron el habitual “vuelo a la calidad” hacia los Bonos del Tesoro norteamericano esa razón, el dólar comenzó a subir en el mundo.

Pero lo que fue un problema para los países emergentes, aquí, dadas las vulnerabilidades que, en vez de corregir, el Gobierno solo tapó con papeles (de deuda), se convirtió en drama.La suba del dólar de 45% desde mediados de abril y de más del 60% en lo que va del año no solo es dañina para los argentinos que perciben sus ingresos en pesos devaluados y deben enfrentar la espiral inflacionaria.

También deteriora números macro muy sensibles, básicamente, la relación que los inversores miran antes que ninguna otra para decidir si le siguen prestando a un país: el ratio deuda-PBI. Cuando supera el 60%, se encienden las luces de alerta.

Cualquier devaluación es fatal para esa cuenta, ya que el Producto se calcula en moneda local y la deuda en monedas duras pesa cada vez más en la relación. Así, tomando números gruesos, si con el dólar a $20 antes de la actual crisis el PBI argentino alcanzaba a unos 600.000 millones de dólares, hoy, con la divisa en alrededor de $30, apenas si llega a cerca de 400.000 millones. La deuda, por lo tanto, es un monto fijo en dólares que crece en importancia.

Arnaldo Bocco, director del Departamento de Economía y del Observatorio de la Deuda Externa de la Universidad Metropolitana para la Educación y el Trabajo (UMET), le dijo a Letra P que “la Argentina vivió un proceso de crecimiento muy elevado del endeudamiento externo durante el gobierno de Cambiemos: un mundo desarrollado con una enorme cantidad de recursos y una fuerte liquidez encontró con un país que demandaba fondos para compensar desajustes graves de sus cuentas fiscal y externa. Eso duró hasta que el entonces ministro de Finanzas, Luis Caputo, se encontró en febrero con que los inversores le dieron la espalda y cortaron el financiamiento”.

Este lunes se vio la segunda temporada de esa serie, cuando, en un intento de recuperar la confianza perdida, el ministro de Hacienda, Nicolás Dujovne, les dijo en una call conference a inversores extranjeros, que el país no emitirá deuda en los mercado internacionales hasta 2020. La idea fue explicar que hay conciencia de la saturación que el Gobierno generó en los dos años y medio anteriores.

Según el último informe del Observatorio de la Deuda Externa de la UMET, “las emisiones de deuda del Tesoro Nacional en moneda local y extranjera y de las provincias y el sector corporativo en moneda extranjera suman, desde inicios de la gestión de Cambiemos, 138.437 millones de dólares.

De allí 73,2% corresponde a colocaciones en moneda extranjera y el 81,7% (113.035 millones de dólares) a emisiones del Tesoro Nacional. Si se agregan los 15.000 millones del primer desembolso del préstamos Stand-by con el FMI, el total asciende a 153.437 millones de dólares”.

El Observatorio añade en base a cifras oficiales que, en total, “se espera para el cuarto trimestre de 2018 un stock de (deuda de) 348.990 millones de dólares y un ratio (sobre PBI) del 82,2%”. Adiós, entonces, a la idea de que el desendeudamiento que dejó el kirchnerismo todavía le deja margen al Gobierno.

“En esos números, que surgen de cifras oficiales, tomamos en cuenta todo, hasta las emisiones de la última semana de junio, y, por supuesto, el primer desembolso del Fondo”, detalló Bocco.

“La Argentina ya entró en zona de riesgo porque los inversores observan con cuidado cuando un país supera un ratio de deuda PBI del 60 o del 65%. Y en nuestro caso, tenemos que tener en cuenta la historia”, de cesaciones de pagos reiteradas, añadió el economista.

 

 

(*) Publicado en letrap.com.ar

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