
El proceso de ocupación del territorio del Área Metropolitana del Gran Resistencia tiene características muy particulares, ya que las críticas condiciones hidrológicas y topográficas del sitio en el que se emplaza, ocupando la terraza de inundación de los ríos Paraná, Negro, Arazá y otros, marcan su vulnerabilidad hídrica y ambiental.
Dicha vulnerabilidad se incrementa en ciertos sectores urbanos por la expansión urbana sin previsiones espaciales ni regulaciones apropiadas, sin controles ni inversiones adecuadas en infraestructura y servicios urbanos, hechos que han generado en los usos del suelo cambios inapropiados para el medio que le da sustento: el natural.
Esta condición crítica del territorio se verifica en particular en los bordes y entorno de todo el sistema fluvio-lacustre del río Negro. El Río Negro, representa, en diferentes escalas, una de las principales dicotomías urbano-ambientales de la ciudad, pues ha sido ignorado desde la conformación de la ciudad y no se ha podido vincular con su expansión urbana.
En ese sentido, un equipo de investigadores del Instituto de Planeamiento Urbano y Regional. Brian A. Thomsom (IPUR-BAT), de la Facultad de Arquitectura y Urbanismo de la UNNE, llevó a cabo un proyecto orientado a la incorporación del paisaje en la planificación territorial de zonas vulnerables del río Negro, estudio que posibilitó la formulación de propuestas para la recuperación de ese sector vulnerable de la ciudad de Resistencia.
Las propuestas realizadas tuvieron como meta poder hacer un aporte concreto a la realidad estudiada en la zona de ocupación cercana al río Negro, “para no quedarse sólo en el diagnóstico y análisis de la problemática”, según explicaron la arquitecta Malena Pérez y la arquitecta Marina Scornik, investigadoras a cargo del proyecto.
“La recuperación de áreas vulnerables, como las observadas en cercanías del Río Negro, implicaba el desafío de abordar alternativas más eficientes y sustentables, que contribuyan a optimizar el uso del espacio, la infraestructura, la energía y el esfuerzo que se insumen actualmente en la ocupación de estos espacios” explicó la arquitecta Pérez.
Señaló que era necesario intervenir proponiendo otras vías de desarrollo y reordenando las formas de ocupación de las áreas de riesgo tratando de minimizar su vulnerabilidad, a través de modelos de urbanización alternativos, ajustados a la particularidad del sitio.
Las propuestas realizadas se orientan a dotar de sentido urbano e identidad ciudadana a este sector marginal, mediante estrategias para la articulación con la ciudad, incorporación y cualificación de espacios públicos, promoviendo una accesibilidad y movilidad alternativa, la conservación y aprovechamiento de los recursos naturales, y del patrimonio cultural del barrio, entre otras iniciativas de intervención.
Detalles del estudio
Para el estudio se seleccionó una unidad de paisaje representativa de la cuenca fluvial del Río Negro en el tramo urbano, conformado por los barrios Villa Río Negro, Miranda Gallino y La Isla del Río Negro, sector ubicado al noroeste de la zona central de Resistencia, con una superficie aproximada de 100 hectáreas.
En el marco de la investigación, se logró estudiar primero las condicionantes del lugar, para luego localizar aquellas zonas más críticas y vulnerables, con la finalidad de prever diversos escenarios de estrategias de intervención.
Se realizó una zonificación a partir de la combinación de las variables utilizadas en el análisis, que involucraron los factores de ocupación física, como son la estructura del asentamiento, la ocupación y el uso del suelo, el grado de urbanización y las características demográficas, y en relación a ello, las condiciones del medio natural y su criticidad territorial.
El análisis descripto permitió definir parámetros para intervenir espacios que en su conjunto doten de sentido urbano, identidad ciudadana y pertenencia a un barrio marginal.
Por último, en base a los parámetros definidos se establecieron distintos ejes estratégicos de acción que constituyeron propuestas de intervención para soluciones integrales y sinérgicas, a las problemáticas particulares del lugar.
Ejes definidos
Uno de los ejes definidos fue “Relación con la ciudad. Nexos interbarriales urbanos” que propone implementar estrategias de conectividad interurbana que permitan mantener tanto una fluida relación transversal con los barrios y áreas limítrofes como la accesibilidad a los servicios y equipamiento de carácter central.
Se sugiere cualificar espacios públicos aledaños a los Puentes de Av. Ávalos y Los Inmigrantes vinculándolos con un sistema de miradores propuestos y espacios verdes existentes.
Además se plantea la vinculación alternativa del barrio mediante puentes vinculaciones en el eje de Parque Avalos-Calle Fortin Chilcas-Calle Guerrero-Av. Rissioni, fortaleciendo la conectividad ecológica entre espacios verdes.
“Espacios públicos y usos urbanos. Corredor comercial a cielo abierto” es otro de los ejes planteados, que busca fomentar los lazos sociales-comerciales y el sentido de pertenencia, incluyendo naturaleza, espacios públicos y la diversidad de actividades humanas en una escala que permita la accesibilidad y el uso cotidiano.
Para fortalecer la actual dinámica comercial del sector en una magnitud que sea compatible con el uso residencial, se sugiere consolidar veredas públicas, incorporar vías peatonales y ciclistas al eje viario de la Av. Sabin, así como aumentar la densidad arbórea para reducir contaminación sonora y ambiental.
Se considera necesario mejorar las condiciones de mobiliario público como paradas de autobús, señalética, cestos de basura y actividades se servicios como recolección de residuos y seguridad pública.
Otro eje propuesto, “Accesibilidad y Movilidad alternativa. Corredores eco-deportivos longitudinales” apunta a fortalecer la actividad deportiva que actualmente se da en el barrio en forma espontánea, vinculándola a actividades deportivo-recreativas como club de futbol, asociaciones barriales, miradores-postas deportivas propuestas, entre otras.
De acuerdo a lo aconsejado en el proyecto, se sugiere plantear el predominio del transporte público, ciclista y peatonal mejorando el acceso a servicios, equipamientos y centros de trabajo.
También se recomienda dar continuidad de la circulación peatonal y deportiva, planteando un diseño vial adecuado a las necesidades funcionales y ambientales del peatón como principal usuario.
“Conservación y gestión de recursos. Áreas productivas-huertas urbanas” es otro de los ejes definidos, referido a considerar los recursos renovables y no renovables como un bien escaso y difícil adquisición. Se planifica su utilización en el marco de un desarrollo urbano sostenible, y el fomento de micro emprendimientos productivos o de autoabastecimiento en asentamientos y áreas semi-rurales.
Por último, el eje “Preservación del patrimonio natural y cultural. Participación y agrupación social. Equipamientos públicos asociados a un sistema de espacios verdes” considera los signos de identidad cultural de carácter histórico, urbanístico, paisajístico y ambiental como bienes patrimoniales propiedad de la comunidad.
Se fomenta el respeto y preservación para promover la apropiación e identificación social con el entorno urbano y natural con el que conviven cotidianamente.
Plantean la valorización de espacios recreativos de gran conectividad y predominancia de la naturaleza, para incrementar las oportunidades de socialización, deporte, recreación y contacto con los procesos naturales, y generar seguridad en los espacios públicos a partir del uso cotidiano y los equipamientos necesarios.
Proponen además la implementación de recorridos urbanos e identificarlos mediantes calles de transito lento, adoquinadas, iluminadas, con veredas cualificadas como espacio público.
Acciones de transformación
Las arquitectas Malena Pérez y Marina Scornik respecto a las propuestas de intervención definidas para el barrio Río Negro y zonas aledañas, explicaron que la recuperación de áreas urbanas degradadas mediante la incorporación, vinculación y recualificación de espacios libres, públicos, genera un impacto positivo, una rehabilitación integral del entorno urbano que desencadena una serie de beneficios paralelos.
Las investigadoras destacan que el estudio permitió definir una nueva “lógica urbano ambiental”, para futuras intervenciones en el espacio público tanto de este sector como de otras áreas de similares características de la ciudad de Resistencia, que pese a sus atributos paisajísticos, se encuentran marginadas por su vulnerabilidad hídrica, social y ambiental.
Consideran factible la implementación de operaciones de planificación innovadoras que motiven una regeneración urbano-ecológica de la ciudad, potenciando zonas actualmente vulnerables.
El trabajo de investigación se inserta en el Proyecto de Investigación Acreditado por Resolución N° 960/12 del Consejo Superior de la UNNE, denominado “Políticas Urbanas en las Provincias de Corrientes y Chaco. Planificación, Gestión y Evaluación de sus Procesos de Urbanización”. Facultad de Arquitectura y Urbanismo (FAU) Instituto de Planeamiento Urbano y Regional. Brian A. Thomsom (IPUR-BAT).