
El jardín es objeto constante de robos y vandalismo, pero además carece de elementos de seguridad mínimos -como matafuegos- y adolece fallas de infraestructura -como la carencia de cielorraso-. Todo ello expone a los niños y niñas a riesgos innecesarios y genera condiciones poco propicias para la enseñanza y el aprendizaje adecuados.
“Desde principios de año se vienen presentando notas a Gabriel Lemos (del área de Infraestructura del Ministerio de Educación), sin que hayamos tenido ningún tipo de respuesta hasta el momento”, manifestó la madre de una alumna de sala de 4.
“Nos sentimos abandonados por el Estado, a pesar de que pagamos impuestos, los gobernantes sólo aparecen para las campañas electorales”, agregó. En los últimos meses padecieron el robo de la garrafa y la bomba de agua, que aún no ha sido repuesta, por lo que el jardín se abastece gracias a una bomba prestada por uno de los padres.
“Estamos cansados de presentar notas, ya van como 20 este año” expresó un padre. “Vamos a seguir intentando, por el bienestar de nuestros hijos”, concluyó.