
Este lunes se cumplieron 9 meses de la desaparición de Maira Benítez, la joven villangelense por la que se desató una lucha incesante que no solo implica a su madre sino a colectivos de mujeres que mes a mes reclaman por su aparición frente a la angustia de su familia.
En declaraciones para RADIO CIUDAD, Antonia Leiva Morán se mostró, como en otras oportunidades, frente a la incertidumbre: “ya no sé qué decir ni qué pensar”. “Sólo sigo dos pistas que me llevan a pensar qué pasó con mi hija. Por un lado, pienso que mi hija no está acá porque con todas las cosas que se hicieron, rastrillajes, allanamiento, peritajes y que dieron negativo, que pienso que no está acá, que la llevaron por ahí. Y el otro camino me lleva a pensar que Rodrigo Silva (detenido en la causa) le hizo algo malo a mi hija y solamente en su conciencia estará qué hizo con ella, dónde la escondió, por qué no habla. Pero siempre apuntando a Rodrigo Silva porque él fue quien la llevó a mi hija y hay testigos que hasta las últimas horas la vieron con él”, dijo la mujer y sostuvo que tanto Silva como Gabriel Cáceres, el otro imputado, ampliaron su declaración la semana pasada y ratificaron que habían dejado a Maira.
Recordó que la detención de Cáceres se produjo a partir de una declaración en la que contradijo lo expuesto por Silva. Y también volvió a cuestionar el hecho de que los fiscales hayan eso caso omiso a su propia sospecha sobre la vinculación de Cáceres en cualquier hecho que se relacione a las últimas horas en que se la vio a Maira. Incluso dijo que los canes entrenados para encontrar rastros, dieron en el domicilio de Cáceres “con una bolsa con precintos y ropa íntima que yo reconozco como de Maira a través de una foto que me muestra la fiscal. Hasta ahora estoy esperando hacer el reconocimiento personal”. Y fustigó: “Recién después de siete meses lo detuvieron por eso a Cáceres y al padre (Catalino), por encubrimiento. Y cuando se van a a hacer los allanamientos en los campos donde trabajaba Cáceres encuentran la caja, una cajita, en donde estaba el nombre de tres chicas y uno de ellos era el de Maira y decía “entregar al puestero”. No sé si era Silva. Esas eran las pruebas que tuvo la fiscal para detenerlos”.
Tras señalar otras hipótesis que refuerzan el vínculo de Cáceres y Silva en la desaparición de Maira, la madre volvió sobre la posibilidad de que la Secretaría de Derechos Humanos se constituya en querellante y aunque reiteró su pedido para que “no hagan política con mi hija”, acentuó su apoyo en ese sentido.