
La trilla abarcó 625.885 hectáreas con un rinde promedio de 3.103 kilos por hectárea. De esta superficie, se registraron pérdidas totales en 30.495 hectáreas, según el informe oficial brindado por la Dirección Agencias y Desarrollo Territorial, a través de su titular Aníbal Vilchez.
El grueso de la campaña se dividió, a raíz de las inclemencias del clima, en dos etapas. Luego de un prolongado período de lluvias llegaron las buenas condiciones climáticas que posibilitaron que las máquinas cosechadoras retomen la trilla de soja en los departamentos Almirante Brown, Independencia, O’Higgins, San Lorenzo, Comandante Fernández y también en parte del sudoeste como la zona de Charata.
Durante todo el período de las semanas de finales de mayo y principios de junio, el “piso” de los predios permitió que pudieran ingresar las máquinas, aunque en algunos lotes se logró cosechar con agua a partir de la incorporación de herramientas a las trilladoras para no seguir perdiendo calidad en la oleaginosa, de la que Chaco implantó 660.000 hectáreas, y se lleva cosechado cerca del 60% de los lotes.
Si bien se estaban obteniendo rendimientos excelentes al inicio de esta campaña, hubo más de veinticinco días de lluvias y lloviznas en abril y mayo que causaron un fuerte atraso en la cosecha “y nos preocupa el desgrane y brotado al demorarse la cosecha por exceso de humedad”, indicó Vilchez.
Fuente: Norte