
Según el municipio de Resistencia, dicho bar no posee el contrato de concesión que le autorizaría a los empleados explotar el servicio. A su vez, vale destacar que los trabajadores tenían como único apoyo legal una nota de autorización emitida por las autoridades del Instituto de Cultura de la Provincia.
La Agrupación Nueva Esperanza por un Chaco Mejor se hizo presente en el lugar para brindar su acompañamiento a los trabajadores del bar.
“Desde hace tiempo el municipio estaba al tanto de toda esta situación. Nosotros somos gente trabajadora. No somos gente del gobierno. Ganamos el lugar por licitación bajo la presidencia de Silvia Robles, después vino Gary Pérez y ahora con Héctor Bernabé. Ellos nos deben factura desde el 2011 hasta la fecha. Todos nos deben. Nosotros seguimos trabajando. El bar es parte de nuestra vida. Necesitamos que paguen la deuda”, destacó este martes en declaraciones a Norte, la responsable de la concesión, Silvia Romero.
Recordó además que en el bar además trabajan Tamara Sosa, Agostina Belén Mancuello, Lara Mancuello y Miguel Fernández. “Entre las chicas una de ellas tiene problema de salud pero siempre seguimos trabajando. Esta situación es muy angustiante para nosotros. Desde el desalojo estamos viviendo en el bar. El Instituto de Cultura nos cortó el suministro de energía pero igual resistimos en el lugar”, expresó una de las trabajadoras, horas antes del desalojo.
Fuentes: Primera Línea y Norte