Luciana Romero: “A partir de ahora empiezo a reconstruir mi vida con mi hija”

Así lo aseguró Luciana Romero, la mujer que sobrevivió a las catorce puñaladas que le propinó su ex pareja Germán Cazal quién ayer, en un fallo histórico, fue condenado a 20 años de prisión por el delito de tentativa de femicidio. “Me da esperanzas de confiar de nuevo en la justicia”, afirmó Luciana.

Luciana Romero, tras conocerse el fallo contra Cazal (Foto: Jorge Tello/Es Chaco)

“Estamos satisfechos, era lo que esperábamos”, confesó Luciana Romero, la mujer que salvó su vida por milagro cuando su ex pareja, Germán Cazal Ortiz, intentó asesinarla de catorce puñaladas en plena vía pública hace casi un año, el 1 de julio de 2016. Ayer, la Cámara Primera en lo Criminal y Correccional condenó al agresor a 20 años de prisión por el delito de tentativa de femicidio.

“A partir de ahora empieza mi vida con esto, empezar a proyectar y a reconstruir mi vida con mis chicas”, sostuvo Luciana, en declaraciones a RADIO CIUDAD. En ese sentido, reconoció: “tenía muchísimo miedo con los antecedentes de los casos anteriores de Pamela (Famoso), de Eliana (Tapia) pero teníamos fe también de que fuera así, tratar de confiar en las juezas. Esto me da esperanzas, obviamente, de confiar de nuevo en la justicia, que por ahí a veces es tan esquiva con el ciudadano común”.

“Hay que reconstruirse después de pasar por algo así, mi vida con mi hija va a ser un día a día. Fue mucho sufrimiento, mucho dolor todos estos meses, muchas noches sin dormir, ahora empezar a disfrutar de tenerla conmigo, las dos”, sostuvo Luciana.

Con respecto a la condena contra Cazal, consideró que “con el accionar que él tuvo durante el juicio, el hecho de que no haya reconocido ninguno de sus delitos, que haya mostrado menos arrepentimiento, pienso que una persona así no puede estar en sociedad. No sé cómo será la reinserción después de estar preso, pero en realidad pienso que no tendría que salir porque puede lastimar a otra persona”.

La cadena de impericias del Estado

La condena histórica contra el agresor no debiera desviar el eje del debate sobre la impericia del Estado para garantizar la vida y la seguridad de las mujeres que son víctimas de violencia de género. “La restricción de acercamiento se demoró un montón, un mes, que para alguien a quién están siguiendo para matar, es muchísimo tiempo. Yo tenía la suerte que mi papá me podía llevar y traer al juzgado las veces que sean necesarias; se demoraron en notificarlo a él (por Cazal); las denuncias no estaban organizadas, cuando me iba por una, la otra no estaba; la entrega del botón antipánico tendría que ser en conjunto: no te pueden dar un papel porque eso no te va a servir para defenderte de tu agresor, te tienen que dar el botón para que puedas llamar a la policía, lo mínimo”, enumeró Luciana.