
El abogado de Luciana Romero, Pablo Vianello habló para RADIO CIUDAD tras el fallo de la Cámara Primera en lo Criminal que condenó a 20 años de cárcel a Germán Cazal Ortiz por propinarle 14 puñaladas a su expareja, el 1 de julio del 2016.
“Ampliamente satisfecho con el resultado de la sentencia. Para ser sincero, yo no tenía muchas expectativas pero el fallo demostró que estuvo a la altura de las consecuencias e hizo hincapié en la violencia de género que es lo que nosotros reprochamos desde el primer momento que inició el juicio”, manifestó.
En cuanto a Luciana, expresó: “Todavía no cae, es una mezcla de llanto con alegría. La desesperación tomó una forma muy diferente hoy cuando se escuchó el número 20 en la sentencia. Luciana obviamente que tuvo un desahogo enorme, un agradecimiento a todas las personas que colaboraron con ella, a los medios que estuvieron siempre pendientes del caso y que obviamente tiene mucho que ver en las repercusiones de la violencia de género”.
Recordó que incluso durante el proceso de investigación, “Luciana recibió amenazadas” y que cerca de fin de año, a Cazal Ortiz se le secuestró un teléfono celular desde la celda en la que se encontraba detenido, “desde donde el señor administraba su perfil de facebook y desde allí intimidaba a familiares directos de Luciana”.
Comentó que estos episodios llevaron a la chica a “pensar en forma concreta la posibilidad de irse de la provincia”. Indicó que si bien no mantuvo una conversación al respecto de esto luego de escucharse el fallo de la Cámara, “la idea concreta de ella era irse a un lugar o por lo menos ganar tiempo como para generar un poco más de estabilidad en su vida laboral o familiar e irse a vivir a otro lado”.
En cuanto a algunas cuestiones que se tuvieron en cuenta en los fundamentos de la sentencia, Vianello recordó la declaración de Cazal Ortiz quien aseguró que el episodio del 1 de julio fue “una emboscada de Luciana y el padre y que lo golpearon. El tema es que nunca pudo justificar y esto está hoy a las claras en una sentencia altamente fundada porque no pudo demostrar cómo llegaron la cantidad de puñaladas al cuello de Luciana, o por qué el vehículo estaba chocado en la parte de atrás si supuestamente fue emboscado”. “Fue una incoherencia tras otra para fundamentar algo injustificable”, consideró.
Rescató que “lo importante de este fallo es que se tomaron todas y cada una de las amenazas, lesiones leves, situaciones que vivió Luciana a lo largo de toda su relación con este señor. Y fue importantísimo para poder llegar al cúmulo de pruebas que permiten hoy una condena ejemplar”.
“No nos olvidemos que Luciana estuvo 10 años den pareja con este señor y sufrió las vejaciones que vos te puedas imaginar”, marcó Vianello y también hizo hincapié en que cuando Luciana decidió denunciar esta situación, “el protocolo, el aparato, no funcionó. Por eso la jueza ordena de oficio una investigación para determinar responsabilidades penales por el incumplimiento de funcionarios públicos, tanto del poder Judicial como del Poder Ejecutivo, para ver cómo justifican el no resguardo a Luciana”. “Luciana sufrió violencia de género y este caso podría haber sido evitado”, aseguró.
Dicho esto, brindó otro dato importante: “Luciana, antes de entrevistarse conmigo como abogado, hizo una denuncia en la Comisaría de la Mujer y pidió un botón antipánico. Le dijeron que no tenían (…). Eso fue un mes antes de que pase lo que pasó”.